El título de este artículo es una cita que me gusta de Thomas Edison. Como se dijo en «Me roban mi idea», estamos constantemente buscando grandes ideas que nadie haya pensado. Muchos dicen que lo mejor para empezar un negocio es crear un producto o servicio con poca o nada de competencia. No estoy de acuerdo. Los invito a conocer una manera más simple y rápida de emprender.
El gran reto: Enseñar.
No existe nada más costoso y dispendioso que cambiar una cultura. Se encontrarán constantemente respondiendo preguntas: Cómo utilizó su producto o servicio? Contra qué lo comparo? Es barato o costoso? Ya tienen clientes? Cuáles han sido sus resultados? Cuánta gente lo está usando? Todo un largo proceso que requiere mucho esfuerzo para conseguir cliente por cliente.
Es más fácil satisfacer demanda que crearla.
Los negocios que llevan varios años en el mercado han comprobado su modelo de negocio, el cual es uno de los grandes retos al emprender. Con un mercado ya creado, se puede calcular fácilmente su tamaño, sus líderes y la manera como consiguen clientes. Grandes emprendedores (Richard Branson, Norm Brodsky y Tim Ferriss) que he seguido durante un tiempo están de acuerdo con este hecho y recomiendan mantener todo lo más simple posible.
Hay cientos de oportunidades.
Todos los mercados y negocios tienen sus falencias. Podemos probar rápidamente una pequeña mejora o cambio en un mercado existente. Luego enfocarnos en un nicho donde nuestro diferenciador les aporte suficiente valor. Al empezar como pequeños negocios, tenemos la habilidad de ser más rápidos y flexibles que las grandes compañías con solidas jerarquías y lenta toma de decisiones.
Mi objetivo con este artículo no es desmotivar la creatividad. Sin embargo, esta puede ser una barrera en el desarrollo de nuestras ideas. Creo que uno de los factores más difícil del emprendimiento no es la tecnología, tiempo, creatividad o conocimiento; sino la creación de demanda. No nos inventemos la rueda, mejorémosla.